Fernando Sardou, alumno del Máster en Marketing, Comunicación y Consultoría Política


Desde muy pequeño se que me quiero dedicar a la política. Esa decisión se fue mezclando
con los nuevos intereses que a uno le van surgiendo desde la adolescencia, pero la idea estaba.
Cuando hubo que decidir qué estudiar en el grado, casi ni lo dudé: Ciencias Políticas fue la
opción. Una vez allí, la duda comenzó a ser otra: ¿me preparo para la primera línea de batalla o
para estar tras bambalinas? Tras tener una breve pero intensa experiencia en política partidaria, ya
antes del final del grado sabía que me iba a dedicar a la política desde fuera de la vida partidaria.
Allí, comenzó un viaje que resultó ser mi propio blend.


Mi primer trabajo en la profesión fue en una de las principales consultoras argentinas de
opinión pública e investigación de mercado. Luego, incursioné en la sociedad civil, para
finalmente, dedicarme a la consultoría de manera independiente, en asesoramiento a partidos
políticos, campañas electorales, organismos públicos y organizaciones de la sociedad civil. En
este viaje también se suman la investigación académica y la docencia. Concretamente, en materia
electoral y de partidos políticos (área que también se complementa con el resto del viaje). En ese
momento, se dio un upgrade de cabina en el vuelo. Empecé a dar clases en mi universidad, y
luego se fueron sumando varias más. Dar clases por si mismas no alcanza, sino que es necesario
complementarlas con investigación. Ello me motivó ya a hacer un Máster en Derecho Electoral y
estar avanzado en un Doctorado en Ciencia Política. Allí, se terminó de consolidar todo lo que ya
hacía profesionalmente.


Haber pasado por todos esos mundos me llevó a tener una mezcla particular: no logro -ni
quiero- etiquetarme en alguna de las cosas específicas que hago, pero puedo hablar y comprender
múltiples lenguajes. Si ya pasé por todo lo anterior, ¿por qué sumo una escala a este viaje? Pues,
hay un lenguaje que todavía no hablo, y es el de la comunicación. La metodología práctica del
máster, combinada con la red de contactos que desarrolla en Iberoamérica me resultaron
particularmente tentadoras. Me motiva a hacer una nueva escala en este viaje (que seguramente
no será la última) la idea de equilibrar mejor mis arenas de trabajo, con mayor énfasis en la
consultoría, equilibrando con actividad docente y de investigación, la experiencia práctica que da
la propuesta de ALEPH. Por todo ello, espero poder contarles más adelante cómo serán las
aventuras de este Máster en Marketing, Comunicación y Consultoría Política, y cómo va
mejorando ese blend.